Desarme
El desarme universal ha sido uno de los objetivos de WILPF Internacional desde su fundación en 1915, pero, ¿por qué nos importa tanto el desarme?
Vivimos en un mundo donde hay 15.000 armas nucleares en manos de nueve países que podrían ser detonadas en cualquier momento dejando más muertes que las bombas atómicas.
El gasto militar en el mundo asciende a los 17 trillones de dólares cada año. Para hacerse una idea, en 2015 el gasto militar en Estados Unidos correspondió al 54% de sus gastos discrecionales, mientras que la educación recibió solo el 7% de ese presupuesto.
La violencia armada mata anualmente 535.000 personas cada año en el mundo, es como si toda la población de una ciudad como Tucson, Arizona desapareciera por completo todos los años.
En Colombia, la situación no es muy diferente:
Colombia es el país que más invirtió en gasto militar en el 2017 en Suramérica según el SIPRI (Fuente: Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo).
Desde el año 2018, Colombia es “socio global” de la OTAN, la alianza militar más grande del mundo, lo que se traduce en cooperación militar y apoyo en asuntos relacionados con la seguridad electrónica, marítima, la lucha contra el terrorismo y el crimen organizado.
Según Medicina Legal (2017), el 53% de los asesinatos de mujeres en Colombia se cometen con armas de fuego.
Frente a esa situación, la Liga Internacional de Mujeres por la Paz y la Libertad (Limpal Colombia) lucha por el desarme entendido no solo como la entrega de armas por parte de un grupo armado, sino como un cambio de paradigma de las armas como herramientas para resolver los conflictos. Insistimos en la importancia de que el Estado colombiano ejerza un control estricto sobre las armas legales e ilegales que circulan por el país y reduzca el gasto militar teniendo en cuenta el proceso de posconflicto que atraviesa. Además, creemos en la necesidad de analizar el impacto diferencial que tienen las armas sobre las mujeres.
En cuanto a este último punto, en el año 2017 lanzamos la campaña “Mujeres por el desarme: más vida, menos armas” cuyo objetivo es poner en la opinión pública y en la agenda política de Colombia la importancia del control sobre las armas pequeñas y ligeras para la prevención de la violencia armada contra las mujeres. Por medio de una investigación que lleva el mismo nombre (link a investigación “Mujeres por el desarme” de la pág 5 ), denunciamos cómo la proliferación de este tipo de armas exacerba la violencia contra las mujeres y aumenta el grado de letalidad de esta, además de las otras violencias que las armas posibilitan como la violencia psicológica, sexual, la trata de personas, entre otras.
Algunos de nuestros postulados sobre el desarme son:
Es indispensable fomentar una conciencia crítica antimilitarista en Colombia.
El gasto en armas va en contravía con el proceso de posconflicto que atraviesa Colombia.
Instamos al Estado colombiano a que ratifique el Tratado sobre el Comercio de Armas (TCA) para evitar la entrada de armas a Colombia usadas para violaciones de derechos humanos.
Es fundamental cambiar el paradigma de seguridad de las armas y la militarización a una seguridad para y con las mujeres, con un enfoque humano y basado en la cotidianidad y diversidad de las personas.
El monopolio de las armas debe estar en manos del Estado para que no se perpetúe la violencia.