El “aleccionamiento” refuerza en los hombres unos repertorios de masculinidad hegemónica que puede conllevar a la negación de cualquier viso de vulnerabilidad, empatía o debilidad. Lo aprehendido en las filas: violencia, humillaciones y tratos denigrantes es trasladado a sus relaciones familiares, de pareja, con sus hijos(as) y con la sociedad civil.
En la instrucción militar aparecen prácticas misóginas. En la minería de datos se evidencia al analizar las palabras más dichas por los militares en las entrevistas: ¿Cómo era la sensación de portar el fusil y qué decían sobre la novia o las mujeres?
El análisis de los resultados sugiere que los superiores hicieron una conexión entre el fusil y la figura de una "novia".
[usaban] castigo físico, golpes, o calabozo. El calabozo era un cuarto horrible donde lo metían ahí y no le daban comida, o le daban muy poquita comida y le echaban agua fría. Mucha agresión verbal, gritos, insultos, -ustedes soldados, idiotas, como se les ocurre, vaya corra- mucho castigo de actividad física, eso se llama el volteo.